Entrevista a Elisa Vázquez de Gey

LA PRINCESA DE KAPURTHALA
ELISA VÁZQUEZ DE GEY

La autora nos atrapa  una vez más con un libro sobre el personaje de Ana Delgado Briones, la muchacha que en el Madrid de 1906 cautivó a todo un Príncipe Sikh.

Aportando una interesantísima y actualizada documentación gráfica, “La Princesa de Kapurthala” (Planeta 2008),  ofrece la sorprendente narración la vida de una malagueña en las Indias de los Maharajás y vuelve a destapar la caja de Pandora de las fascinantes anécdotas sobre las peripecias de la única Maharaní española

Es su tercera entrega sobre Anita Delgado, la malagueña que, a principios del siglo XX, se convirtió en la quinta esposa del Maharajá de Kapurthala… ¿A qué se debe? ¿Faltaba algo por contar?

Lo cierto es que la vida de Ana Delgado proporciona materia más que suficiente. Mi primer libro “Anita Delgado, Maharaní de Kapurthala” era una biografía consultada y autorizada por la sobrina de la Princesa que se editó en 1998. Siete años más tarde, en mi segunda obra “El sueño de la Maharaní” una novela histórica de punto de vista retomé el personaje cubriendo algunos huecos que dejaba la biografía y dando respuesta a los requerimientos que me hicieron muchos lectores. Tenían curiosidad por saber cosas como qué pasó con Anita después del divorcio, qué fue de su hijo, cómo, con quién y dónde vivió el resto de su vida…

Finalmente la tercera entrega “La Princesa de Kapurthala” pretende ser el broche final que recopila cuanta información ha llegado a mis manos en los últimos años sobre el personaje. Incluye numerosas anécdotas e historias transmitidas por personas que conocieron y recuerdan a la Maharaní. Presenta asimismo una importante recopilación fotográfica sobre el marido de Ana Delgado, el Maharajá de Kapurthala, dicha documentación contribuye a dar a conocer facetas de la vida de ambos en India y en Europa que, hasta ahora, habían permanecido en la sombra.

¿Qué hace de esta mujer algo tan fascinante?

Anita se convirtió en protagonista privilegiada de la historia en los primeros años del siglo XX. El hecho de que una jovencita española de dieciséis años enamore locamente a un Maharajá y pase a vivir, en primera fila y en primera persona una aventura semejante despierta enorme curiosidad.

Pienso que otra parte del encanto de la vida de la Princesa radica en sus diferentes escenarios: la España del cuplé, el esplendor de la India de los Maharajás, el Paris de los años veinte, dos guerras mundiales, la independencia de La India…

Una obra de estas características implica gran cantidad de trabajo. ¿Cuáles han sido las claves de la investigación que ha llevado a cabo?

No niego que fueron varios años de búsquedas y de hallazgos. Por supuesto viajé a los lugares donde transcurrió su vida: Punjab, Delhi, París, Deauville, Málaga… pero reconstruir el itinerario vital de una persona no es tarea fácil.

¿Claves? Por un lado Málaga y en particular los fondos documentales de Narciso Díaz Escovar, que fue profesor y amigo de Anita Delgado; por otro la India, y la Casa real de Kapurthala; pero no hay que olvidar que la Princesa escribía todo el tiempo y fueron fundamentales la consulta minuciosa de sus diarios, el libro de viajes que publicó y la literatura epistolar que intercambió con amigos y familiares.

Además tuve la gran suerte de contar con la memoria viva de Doña Victoria Winans, sobrina carnal de Ana Delgado y de tener acceso a sus archivos de objetos, fotografías y documentos, por ello en esta edición quise dar importancia a los recuerdos personales de su sobrina y a las anécdotas que quisieron compartir conmigo personas cercanas a ella.

¿Cómo cree que vivió una mujer tan joven el hecho de convertirse en Maharaní?

Piense usted en una muchacha andaluza, sin gran cultura, que en pocos meses pasa de ser telonera de un teatro de variétés a ejercer de princesa de un país extranjero… Imagino que para ella tuvo que tener un enorme coste personal. Por supuesto, llegó a ser una gran dama que hablaba varios idiomas  pero a cambio de renunciar a su vida y a no disfrutar su adolescencia.

Le contaré una anécdota que resume lo que digo: Anita se llevó a Kapurthala unas bolitas de cristal, como canicas, que venían entonces en las botellas de agua de gaseosa (las llamaban “boliches”)  y a la muchacha le encantaba juguetear con ellas.

El Maharajá la encuentra un día entretenida con las bolitas y le pregunta qué hace con esos vidrios tan toscos, ella  le explica “estoy jugando. No he tenido tiempo de jugar como todas las niñas, pues me casé muy pronto y ya todo fueron formalidades”. Su esposo le retira las bolitas y a cambio le regala unas perlas enormes, de gran valor. Pero a ella le gustaban más sus vidrios de cristal de botella y cuando intenta jugar a las canicas con las perlas se le escapa una y se pierde, cosa que disgusta al marido pues ve el poco aprecio que Ana da a su presente. El maharajá, para que no vuelva a perder sus regalos a causa de juegos infantiles, manda engarzar las perlas en unos pendientes de brillantes. Anita, muy decepcionada, anota días después en su diario “y llegaron los pendientes y yo ya no jugué más”.

¿Cómo fue vista Anita Delgado por la sociedad de su tiempo?

Anita y el Maharajá tuvieron que luchar toda la vida contra la percepción que de ellos se tenía en España y el de Kapurthala, al percatarse de la mala fe de los medios, prohibió a su esposa conceder entrevistas.

Pero la boda “del Rajá que conoció a una bailarina en la boda de Alfonso XIII” propició avalanchas de cotilleos y comentarios malévolos. La prensa del momento no supo darles la importancia que tenían y los catalogó como pintorescos personajes de farándula. Hubo compositores que los pusieron en solfa, periodistas que inventaron anécdotas desmesuradas sobre la vida cotidiana de la pareja en Kapurthala, hasta llegaron a distribuir pasquines por las calles ridiculizando su historia de amor… La ignorancia hizo que se pudiesen leer artículos en periódicos y revistas que claramente confundían la India con Arabia o con Turquía.

La realidad era muy otra: el Maharajá Jagatjit Singh tenía gran personalidad, enorme cultura y era un monarca muy respetado que llegó a ser el representante de todos los soberanos indios en la Cámara de los Príncipes,

Hace poco leímos en la prensa que un libro sobre Anita Delgado molestó seriamente a la familia real de Kapurthala, los parientes del marido de Anita…

Sí. Se refiere usted a “Pasión India”, una novela escrita en España. No es una obra histórica sino una ficción basada en el personaje de Ana Delgado. Lo que irritó a los descendientes fue que cuando dicha novela se publicó en India los personajes de la familia Real de Kapurthala aparecían con nombres ficticios pero apoyados en documentación histórica por lo tanto fácilmente reconocibles…

¡Pero yo no soy la autora de ese libro! Se indignaron, en efecto… Y también los descendientes españoles de Ana Delgado que manifestaron  su disgusto por escrito en numerosos medios.

¿Protestará esta vez la Casa Real de Kapurthala?

Me extrañaría muchísimo. He estado en contacto directo con el despacho del heredero de Kapurthala, el hijo de Sukhjit Singh, actual Maharajá, que me ha dado permiso y facilidades para poder reproducir fotografías de su querido bisabuelo.